ENTREVISTA

“Sin el turismo, Canarias sería una región enormemente atrasada”

José Carlos Francisco, presidente del Consejo Económico y Social

Juan Manuel Bethencourt 0 COMENTARIOS 25/03/2024 - 06:33

-La economía canaria, ¿cómo está hoy?

-La economía canaria es hija de su pasado. Y su pasado fue brillante en los años noventa del siglo pasado, pero a partir de 2003 su comportamiento es muy mediocre. El indicador de referencia debería ser el PIB per cápita, que en 2000 estaba prácticamente en la media española, pero que a partir de ese momento empieza a caer más o menos un punto cada año. Y lo que es más grave, la media española se aparta también a partir de la crisis de 2008. Eso quiere decir que en este momento estamos mucho más lejos del nivel de prosperidad medio español y europeo. Esto nos convierte en un caso de mal comportamiento económico en lo que va de siglo, porque ya estamos por debajo del 70 por ciento de la renta media por habitante en la UE.

-¿Por qué hemos perdido convergencia? ¿Qué hemos hecho mal?

-Es un dato incontestable y un gran problema, y al menos tenemos un diagnóstico común. Hay gente que dice que esto es culpa de la demografía, porque tenemos más gente residiendo en Canarias, la población crece más que la media española y europea. Esta corriente de pensamiento tiene su respaldo en las Islas. Y luego estamos otros, entre los que me encuentro, que ponemos el acento en que cuando la gente viene a vivir a las Islas aporta y consume, con lo que el PIB también crece por este hecho. Al final el gran asunto es la baja productividad de la economía canaria, que no avanza como avanzan las economías europeas en general. Esto tiene que ver con muchos factores: la inversión pública y privada ha bajado, la I+D+i es débil, tenemos un déficit de grandes empresas y nuestra industria no tiene peso. Es un conjunto de cosas.

-Curiosamente, una economía menos productiva que la media también paga salarios más bajos que la media. Es como un doble fracaso.

-Es que ningún país tiene baja productividad y salarios altos. Ni tampoco hay alta productividad con salarios bajos. La productividad trae como consecuencia que los salarios aumenten. Es una ecuación que siempre se da, puede no gustarnos, pero es una conclusión coherente. Por eso tenemos que hablar de la productividad, que es algo que no se cambia de un año para otro.

“Nuestro mayor problema es la baja productividad de la economía, que no avanza”

-Usted ha esbozado algunas pautas. Por ejemplo, ¿en Canarias hay demasiada gente, como parece ocurrir en Lanzarote y Fuerteventura, donde se habla de saturación?

-La saturación tiene que ver con el territorio, pero si los servicios funcionan bien la ecuación cambia. Si depuras agua, si no utilizas petróleo porque tienes renovables, si tienes buenas carreteras y viviendas suficientes para todo tipo de renta, entonces puedes tener más población sin perder calidad de vida ni producir un mayor daño medioambiental. Pero, claro, si ocurre lo contrario entonces cualquier incremento demográfico supone un gran problema y nos parece que somos muchos más.

-¿No hay parámetro sobre la población que Canarias debería tener?

-Hay una ley que se cumple: la población de Canarias se dobla cada 50 años, lo cual es una cifra importante. El Consejo Económico y Social apunta que en 2033 residirán en las Islas 2,6 millones de personas. Desde luego, nuestros hijos verán una Canarias con tres millones de habitantes.

“Las dificultades administrativas entorpecen las promociones inmobiliarias”

-Esto tiene que ver con el modelo económico y por tanto con el turismo. ¿El turismo es nuestra salvación o puede acabar siendo un problema?

-Soy un acérrimo defensor del turismo como actividad económica y un convencido de que Canarias sin el turismo sería una región enormemente atrasada. Eso sí, el éxito crea problemas que hay que gestionar, pero el modo de gestionar esos problemas no puede ser quitarnos el turismo, porque entonces las dificultades serían inmensamente superiores. Si renunciáramos al 35 por ciento de nuestra producción, el 40 por ciento de nuestros empleos y casi el 40 por ciento de los ingresos fiscales, ¿qué tendríamos? Pues otro tipo de problemas, desde luego de mucha mayor envergadura.

-Esto nos lleva a hablar de la diversificación económica, de la que se habla mucho. ¿Pero esto cómo se hace?

-La diversificación la producen los emprendedores, empresarios y empresas. Por tanto, nos concierne a todos, sobre todo a la gente más joven, los creadores de las empresas del futuro. En todo caso, cuando hablamos de diversificar no se trata de quitar para poner, sino de hacer más grande la tarta aportando cosas nuevas. Si la receta es “vamos a quitar el turismo y vamos a poner otra cosa”, pues eso no es la solución para Canarias, sino el harakiri.

“Nuestros hijos verán una Canarias con tres millones de habitantes”

-¿El REF hay que reinventarlo?

-Hay que adaptarlo a la realidad de cada momento. El REF, desde el punto de vista conceptual, está consolidado como una herramienta fiscal para el incentivo de la economía. Pero en 1972 apostaba por la industria, que entonces era la actividad que movía el mundo. En la ley de 1994 ya estábamos pensando más en los servicios y quizá haya que adaptarlo ahora para ser competitivos en la nueva economía. Y también se pueden recuperar medidas, como por ejemplo la posibilidad de utilizar de nuevo la Reserva para Inversiones para construir viviendas, una posibilidad que se quitó porque entonces no hacía falta un incentivo fiscal para construir casas. Pero ahora necesitamos viviendas y quizá podríamos recuperar esa opción.

-Esto nos lleva a los impuestos. ¿Es positivo y viable bajar el IRPF a los residentes en Canarias?

-Sería positivo, sin ninguna duda. Si es posible, ya es más complicado. Desde luego, pondría más renta disponible en manos de los ciudadanos, unos recursos que ahora van a la Hacienda del Estado. ¿Pero qué supone en términos de financiación autonómica, por ejemplo? No es nada sencillo.

“Para diversificar no se trata de quitar, sino de hacer más grande la tarta”

-¿Usted lo ve políticamente viable?

-Políticamente ahora mismo lo veo todo complicado, pero a veces en los peores momentos es cuando se logran las mejores cosas.

-¿Se atrevería a proponer un porcentaje de rebaja?

-Lo primero sería tener claro un sistema fiscal sencillo, o sea, que fuera el mismo para todas las islas. Cualquier rebaja del IRPF sería bienvenida, no tiene por qué ser un 50 por ciento de rebaja, podría ser algo menos.

-Usted también ha sido consejero de Hacienda. ¿Si ahora estuviera en el cargo bajaría el IGIC?

-Lo bajaría, al menos un punto [ahora está en el siete por ciento]. Es verdad que cuando fui consejero de Economía y Hacienda no lo bajé. Pero ahora las circunstancias lo permiten, por el incremento de la recaudación. Ya bajar dos puntos, hasta el cinco por ciento, pues habría que analizarlo muy bien. También le digo que es mucho más fácil hablar de esto cuando estás fuera y no tienes la responsabilidad de recaudar impuestos para luego financiar las políticas públicas.

“La UE es la que mantiene vivo al campo en Europa y también en Canarias”

-¿Cuál es su receta para combatir la crisis de precios y oferta que sufre el sector de la vivienda que tiene Canarias?

-En este momento hay escasez de vivienda pública y privada, así que el problema alcanza a todas las clases sociales. Y los problemas tienen que ver con el urbanismo y las dificultades administrativas, que entorpecen las promociones del sector inmobiliario. Si esto no se desregula vamos a tener difícil encontrar la solución. Vamos a cuantificar el problema, porque ya sabemos que hay un problema: hasta 2008 se construían en Canarias unas 20.000 viviendas nuevas cada año; desde 2010 esta cifra ha bajado a mil y pico o dos mil viviendas anuales, es decir, diez veces menos, cuando la población ha seguido creciendo y las familias necesitan viviendas. Por tanto, hablamos de un problema muy grande, que no se resuelve solamente construyendo vivienda pública.

-¿El campo canario tiene razón en sus protestas? ¿Hay que practicar políticas proteccionistas y renegar de la Unión Europea?

-¿Renegar de la UE? Pues yo me lo pensaría, porque la UE es la que mantiene vivo al campo en Europa y también en Canarias. Si así ocurriera, ¿cuál sería el futuro del plátano? Volvemos a lo de antes: tenemos un problema, pero no carguemos contra el que nos está ayudando, porque si nos dejan de dar las ayudas de la PAC estamos perdidos.

“Lo primero sería un sistema fiscal sencillo, el mismo para todas las Islas”

-Lo que se intuye es una vuelta al proteccionismo…

-Pero esto del proteccionismo es lo de siempre. Cuando hablamos como agricultores, queremos que protejan nuestras producciones frente a las de fuera. Pero cuando somos consumidores, que es la mayor parte del tiempo, la cosa cambia. Si yo cultivo plátanos y aguacates, por supuesto que quiero una protección elevada en el mercado interior, para vender mis cosechas. Pero luego ocurre que como carne, y pescado, y aceite, y a esos productos no quiero que los protejan tanto, porque entonces tendría que pagarlos mucho más caros. El proteccionismo acérrimo, como el liberalismo a ultranza, trae muchas cosas malas también.

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