ENTREVISTA

“No hay política medioambiental, solo hay un escaparate que vino bien para las elecciones”

Irma Ferrer, abogada de Transparencia Urbanística y Acción Cívica contra la corrupción

M. Riveiro 5 COMENTARIOS 05/09/2021 - 08:09

-La pandemia ha capitalizado la mayor parte del debate público y parece que, al menos en Lanzarote, se han aparcado asignaturas pendientes como la lucha contra el cambio climático, la ordenación del territorio y el medio ambiente. ¿Qué diagnóstico hace?

-Ocurre que el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la expansión de una pandemia como la del Covid están íntimamente ligados, como alertan los expertos. Las Islas son el territorio más frágil y la crisis climática, con la subida del nivel del mar, nos va a afectar de lleno. Y la industria del turismo, que es de las más contaminantes, también es la más frágil, porque basta un estornudo para que se venga abajo. La realidad social que se esconde tras el escaparate de las grandes cifras del turismo es desoladora. En el último año hemos trabajado con colectivos sociales que atienden a la gente más débil o con colectivos de inmigrantes, y lo que está ocurriendo en la Isla no se cuenta. Se está pasando hambre. Hay personas que están viviendo como okupas, sin agua ni luz, y se está cargando en las espaldas del voluntariado la respuesta a esta situación dramática. Con estas claves y después de año y medio, ¿dónde están el banco de alimentos público, el albergue público o la compra de viviendas para darle un uso social? Esa respuesta tendrían que darla las instituciones, pero ni están ni se las espera, y lo que vemos es que muchas personas están sobreviviendo gracias al voluntariado, a gente que ayuda a otra gente.

“La realidad social es desoladora en la Isla. Se está pasando hambre”

-Con respecto al cambio climático, se decía que la solución eran las fuentes de energía renovables. Lanzarote y Fuerteventura son una sola isla en términos eléctricos, al estar conectadas mediante un cable submarino, y en la Maxorata han proliferado las críticas por la implantación desordenada de numerosos parques eólicos. ¿Qué es lo que está fallando?

-Hay que analizar lo que ocurrió en su momento con el boom de la construcción, porque es similar a lo que está sucediendo con los proyectos de parques eólicos y plantas fotovoltaicas de los grandes cárteles de compañías eléctricas. No se está materializando una alternativa energética, se está especulando con el suelo. Las grandes empresas han aprovechado el vacío político. Sucedió con la construcción y el turismo, cuando las empresas colonizaron el suelo y lo destrozaron. En Fuerteventura, que es como decir Lanzarote, porque se trata del mismo sistema eléctrico, se están tramitando más de 450 megavatios, que es más que la potencia instalada en la actualidad en las dos islas. Y todo esto se está haciendo sin planificación, con un Gobierno de Canarias que se apoya en una ley que institucionaliza la arbitrariedad por la vía de la declaración de interés general. La visión sobre las energías renovables y el cambio climático es equivocada. No se trata solo de sustituir una fuente contaminante por una renovable, sino de efectuar un cambio de vida y enfrentarse al capitalismo más salvaje. La creencia en el consumo ilimitado, en que somos los reyes de la naturaleza y que los recursos no se van a agotar se ha demostrado equivocada. No hay recursos para que cada uno tenga un coche eléctrico, por ejemplo. La clave es decrecer, pero eso no lo dicen los partidos porque consideran que no es un postulado atractivo y priman su propio interés electoral por encima del interés general. Por el contrario, lo que se está facilitando es que se privatice el aire y el sol.

“No se está dando una alternativa energética, se está especulando con el suelo”

-Después del movimiento en contra de la Ley del Suelo en Canarias, que fue tachada de especulativa, daba la impresión de que, al entrar en el Gobierno partidos que la habían rechazado, se iba a producir un cambio. ¿Qué nota le pone a la política sobre el territorio y el medio ambiente del Ejecutivo autonómico y, a escala insular, de las instituciones de Lanzarote?

-No puedo ponerle nota a una política que no existe. Al principio de la legislatura, se aprobó una declaración de emergencia climática. ¿Qué se ha hecho desde entonces? ¿Qué política medioambiental tiene el Gobierno de Canarias? ¿La de su portavoz, Julio Pérez, que después de un año se acordó de que seguía siendo abogado de empresarios turísticos [propietarios del puerto Marina Rubicón, con licencia anulada en el caso Yate]? ¿La de Casimiro Curbelo? No hay política medioambiental, solo hay un escaparate que vino muy bien para las elecciones. Se prometió que se iba a tumbar la Ley del Suelo, que consagra la más absoluta arbitrariedad, como se está viendo con la instalación de los parques eólicos en el sistema eléctrico de Fuerteventura-Lanzarote, algunos pegados a núcleos de viviendas. La situación es la siguiente: por un lado, el capitalismo se alimenta de la corrupción que sigue estando bien engrasada y, por otro, tenemos un territorio con recursos limitados, en pleno proceso de extinción de especies y con un cambio climático que va a provocar destrucción. Y una partitocracia cobarde gobernando.

“Viviremos unos años felices, pero el turismo de masas no es el futuro”

-En Lanzarote, que fue pionera en planificación del territorio en Canarias, se ha consumido más de la mitad del mandato y no hay un Plan Insular sobre la mesa. Sigue en vigor el de 1991, del que se han cumplido 30 años, y han pasado otros 20 años del boom de la construcción turística ilegal, principalmente en Playa Blanca y Costa Teguise...

-Tampoco hay que olvidar que hay casi 40 sentencias, tanto en la jurisdicción administrativa como en la penal, y que, por el camino, el Gobierno de Canarias ha utilizado toda su maquinaria para legalizar lo ilegalizable, y lo que no se podía lo ha tratado de meter con calzador. El Gobierno anterior, el de la Ley del Suelo, no es muy distinto del que tenemos ahora. Fernando Prats [urbanista y redactor del Plan Insular de Ordenación] siempre ha hablado de Lanzarote como una isla laboratorio. Algo ha cambiado con respecto a hace dos décadas: somos más conscientes que nunca de que estamos en la zona del planeta que más se verá afectada por el cambio climático. Con esa certeza en la mano, el Gobierno autonómico y el Cabildo tendrían que estar buscando modelos alternativos porque el turismo se va a ir, permítame la expresión, al carajo, sí o sí. Viviremos unos años felices, pero este turismo de masas no va a ser el sector que nos va a mantener en el futuro. Ya en Europa se está debatiendo sobre poner límites a los viajes en avión, el medio de transporte más contaminante. Invertir el dinero que venga de los fondos europeos en más de lo mismo es seguir enterrándonos. Nos vendemos como Reserva de la Biosfera, pero aportamos más carbono que cualquier otra región del país.

“La corrupción política, empresarial y judicial se ha retratado”

-En el Cabildo daba la impresión de que después de una década de un régimen político muy personalista, liderado por Pedro San Ginés (CC), se iba a producir un cambio radical, que florecería la participación social y que se iba a intervenir inmediatamente para atajar los déficits, por ejemplo, en vigilancia de los espacios naturales. ¿Cuál es su opinión al respecto?

-¿Qué diferencia hay entre Pedro San Ginés y Loli Corujo? Corujo tiene la habilidad del loro, sabe repetir los discursos con una capacidad magistral y no le faltan las herramientas más básicas de las que carece San Ginés. Disimula mejor, pero todo sigue siendo un postureo, no hay verdad en lo que se dice. Por ejemplo, si de verdad se han creído la declaración de emergencia climática que aprobaron, ¿dónde están las políticas dirigidas a la soberanía alimentaria? ¿o las políticas dirigidas a la autosuficiencia energética? ¿o las promesas de recuperación del control del ciclo del agua? ¿por qué todo el empeño político sigue siendo el de financiar la construcción y el turismo y fomentar el monocultivo que nos lleva al abismo? El gobernante debe tener la valentía de ser impopular por hacer lo correcto. Pero no se creen ni sus propios discursos, simplemente incluyen la protección del territorio para captar el voto de un sector más concienciado, de cara a la galería. Claro que hay diferencias entre San Ginés y Corujo: la educación, el saber estar y comportarse, el respeto, que ella sonríe y el otro amenazaba. Pero, ¿lo que hacía San Ginés con Juan Francisco Rosa y sus intereses empresariales y lo que se está haciendo ahora con eso que han llamado Lanzarote Premium es diferente? Al primero lo apoyaba CC y a lo segundo lo apoya el PSOE, pero suena igual de rancio.

“A la Reserva de la Biosfera y a su equipo, que es un ejemplo, los han tratado mal”

-Ha participado como acusación, en representación de Transparencia Urbanística o Acción Cívica, en casos de corrupción, como Unión, Yate o Montecarlo. ¿Estas investigaciones han servido para que, socialmente, Lanzarote haya evolucionado a mejor?

-Depende de las expectativas que uno tuviera. Ninguno de los miembros de Transparencia Urbanística ni de Acción Cívica se enfrentó a la corrupción con la perspectiva de acabar con ella o de cambiar el mundo, en términos generales. Ni siquiera para que, de alguna manera, la Isla viera la luz. Eso es propio de quienes se creen mesías. Nos metimos en esto por coherencia y por la necesidad personal de aportar algo, aunque fuera un granito de arena, a la sociedad. Lo que ha sucedido no es algo nuevo, la gente que ya estaba en El Guincho, y me refiero a Ginés Díaz Pallarés, Luis Guirao y Javier Díaz-Reixa, lo llevaba diciendo desde los años 80. Llevan décadas alertando acerca de los procesos de destrucción continuada y de la corrupción que beneficia a cuatro. La vía de salida fue acudir a los tribunales, pero no por un caso puntual, porque Lanzarote vive dentro de un sistema corrupto. Y cuando te enfrentas a un sistema corrupto no puedes tener la esperanza de acabar con él, es una quimera absurda, pero sí tienes la necesidad de ser coherente contigo misma, satisfecha con lo que haces y dormir tranquila. César Manrique decía que “la denuncia y protesta siempre es positiva y válida cuando va cargada de razón y recuperación de lo justo”. Desde el principio, con el caso Yate, de licencias ilegales en Yaiza y Teguise, dijimos que queríamos hacer un retrato de la corrupción, y la corrupción de empresarios, funcionarios y políticos, y también la corrupción judicial, ha quedado retratada.

-Tradicionalmente, en Lanzarote existían espacios para la participación ciudadana y uno de los principales foros de debate, que lleva desactivado bastante tiempo, con el anterior gobierno y con el actual, es el Consejo de la Reserva de la Biosfera, del que forma parte Transparencia Urbanística. Parece difícil alcanzar consensos sociales en la Isla cuando no se habla...

-En una isla en la que no se cree en la democracia... era responsabilidad del PSOE, al entrar a gobernar, volver a poner inmediatamente en marcha el Consejo de la Reserva como foro de debate social, y lo que ha hecho es huir de ese cometido. Se ha convocado para septiembre por la presión de colectivos ecologistas y conservacionistas, que lo demandaron por escrito. Si no, estoy segura de que ni siquiera lo hubieran convocado. Acaba de fallecer Enrique Pérez Parrilla, con quien tuve discrepancias, sobre todo en su etapa en el Ayuntamiento de Arrecife, pero con el que compartí bastantes encuentros. Cuando fue presidente del Cabildo fue, sobre todo, un demócrata, que respetaba las opiniones, un respeto que no se sentía con San Ginés ni se siente ahora. Ahora, al debate y al conocimiento se le tiene miedo porque resta poder. Nuestros actuales cargos públicos se saben efímeros y que no van a dejar huella. Es el partido el que gobierna y en el partido no hay debate, se impone la visión del que manda. No hay permeabilidad real al debate, a la crítica, le tienen pánico a la gente que piensa y quiere expresarlo. A la Reserva de la Biosfera y a su equipo, que es el ejemplo del conocimiento, la experiencia y el compromiso con la Isla, los están tratando mal, porque no creen en la participación, sino en la absorción. Disimulan, pero son de la misma estirpe de Marcos Páez, consejero y miembro del Consejo, donde dijo: “Si van a opinar todos, esto no es una democracia”.

Comentarios

En la isla de lobos no se respeta nada tiene un cupo de 200 personas y entran más de 1000 por qué no se actúa quién se beneficia de esta explotación nada de nada sin comentarios sin reportajes nada es tabú en la isla que parece que estamos en los años 60 que podían hacer. Lo que les des daba la gana
Es lamentable que en pleno siglo XXI, con el reto del calentamiento global encima, aún haya gobiernos regionales y cabildos que haciendo oídos sordos a las advertencias de los científicos sigan anquilosados en fórmulas de desarrollo obsoletas y caducas...basadas en más ladrillo, en más hormigón y cemento, en más turismo en masa ; todo en de vez aumentar la capacitación de su población en energía solar o ambiental; en desarrollar arquitecturas sostenibles, o invertir en ahorro de agua y en climatización de edificios. Ahora bien, estos caducos políticos y sus gestores son periódicamente elegidos, por tanto; como votantes; como ciudadanos, deberíamos reflexionar sobre qué está sucediendo...
Gran parte de nuestros gestores políticos siguen observando a las Islas como un filón por explotar desde el punto de vista turístico, con una visión cortoplacista, anclada en el pasado, que repite fórmulas ya obsoletas y que no tienen nada de sostenibles, y sí mucho de depredadoras de los recursos naturales. Las cada vez más numerosas sequías, y olas de calor, junto el la subida del nivel de las mareas, nos indican que algo algo está ocurriendo, que algo estamos haciendo mal. No insistamos en mantener el sistema económico de crecimiento y ambición ilimitadas que está haciendo inhabitable una gran parte de nuestro planeta.
Gran parte de los proyectos que en las Islas se han desarrollado han contando con sesudos estudios medioambientales, que más allá de dictaminar si realmente es necesaria o no la actuación, se limitan a verificar si cumple o no las diferentes normativas locales, nacionales o europeas de las que nos hemos dotado, Sin embrago, estas estudios de impacto ambiental, en el mejor de los casos objetivos, no solucionan el grave problema que a día de hoy tenemos. Algo estaremos haciendo mal, cuando tras años y años de estudios ambientales, nuestras Islas están cada vez más amenazadas, siguen desapareciendo hábitats, seguimos contribuyendo al calentamiento global, cada vez con más kilómetros de autopistas, más puertos para megacruceros y más turismo de pandereta.y botellón. No será que este tipo de estudios están destinados a hacer que se hace algo, para no cambiar nada...A ojos, de las actuales evidencias científicas entorno a cambio climático, sus criterios de evaluación ya están obsoletos...
mpresionante entrevista. Todo lo que dice la abogada entrevistada es puñeteramente cierto, moleste a quien moleste. Si España en su conjunto es una democracia con pies de barro, en Canarias, simplemente, no hay democracia. Esto es un chiringuito de especuladores, politiquillos, traficantes de droga y todo con el barniz que aporta el negocio turístico, que no es mas que un decorado para seguir perpetuando los negocios corruptos.

Añadir nuevo comentario