LANZAROTE

Ante la crisis, empresas cooperativas

El departamento de participación ciudadana de Tías inicia el proyecto Reflota, para impulsar cooperativas en el municipio vinculadas al sector primario y a los servicios

Impulsores del proyecto, en el Ayuntamiento de Tías. Foto: Adriel Perdomo.
Saúl García 0 COMENTARIOS 07/11/2020 - 09:31

“Es que ahora es el momento porque las cooperativas surgen en épocas de crisis”. Los promotores del proyecto Reflota lo tienen claro: para momentos excepcionales, soluciones de excepción. Por eso el Ayuntamiento de Tías ha puesto en marcha un proyecto para impulsar la creación de cooperativas en el municipio.

La idea nace en el departamento de Participación Ciudadana, que es quien coordina, pero desde el Área insisten en recalcar que el proyecto es transversal y compete también a los departamentos de Empleo, Comercio, Agricultura, Juventud e Igualdad.

El concejal de Bienestar Social, Nicolás Saavedra, señala que en los servicios sociales no están haciendo lo que les gustaría, sino lo que hay que hacer ahora. “Ponemos todas nuestras fuerzas en ayudar con los servicios básicos, como medicinas, agua y alimentos”.

Señala que al 10 por ciento de la población del municipio, unas 2.000 personas, le ha alcanzado la pobreza y necesita ayuda. Ya se atiende a más de 500 familias, cuando antes de la pandemia se atendía a unas 70.

De hecho, Puerto del Carmen es una de las localidades con mayor índice de pobreza del Archipiélago. Pero, por otro lado, señala el edil que no les agrada continuar solo con el asistencialismo. Apunta que siempre hay que intervenir y también hay que cambiar de mentalidad.

El horizonte es el de la recuperación económica y por eso consideran que se puede avanzar en el sector de la economía circular e introducir la economía social y colaborativa, y que esa recuperación y la reinserción laboral no solo dependa de los empresarios ya instalados o de las instituciones.

Rafa Torres, técnico del área, señala que hay que ofrecer más alternativas basadas en el sector primario. Ya está abierto el periodo de inscripción para estos proyectos, donde primero se detectará la necesidad y el perfil de cada persona para orientar a su ubicación.

El perfil, de momento, es muy variado, aunque se están interesando en el proyecto muchos desempleados y trabajadores en ERTE.

El Ayuntamiento, que tutela los proyectos, ha puesto en marcha dos líneas, y ambas requieren la creación de cooperativas. La primera línea sería la de reflotar empresas que han sido productivas, pero que ya no son viables, no tanto por el modelo de negocio sino por la dirección, y que podrían resurgir en manos de los propios empleados.

“Queremos que se conozca ahora la posibilidad de la reconversión de empresas”, señala Isidro Pérez, otro de los impulsores de esta iniciativa, que aporta su experiencia en la creación de cooperativas.

En España ha habido, en los últimos 30 años, 140 reconversiones de empresas en cooperativas. La otra línea es la creación de nuevas empresas. Esa línea, a su vez, tiene otras tres, aunque también se deja abierta a otros proyectos que puedan ser viables.

Por un lado, plantean una cooperativa basada en los productos derivados de la tunera; por otro, una de transformación de descartes de pescados o de pescados que no se suelen comercializar; y finalmente, una de multiservicios. Son proyectos experimentales, “no se les da todo hecho”.

“Lo que hace falta son proyectos. La cooperativa no es más que una herramienta”

En los últimos años, otra cooperativa, La Paletería, ya ha ido profundizando en otros usos de la tunera como producto alimenticio, más allá de la cochinilla. Dispondrán también de una finca del Cabildo de unos 2.500 metros cuadrados para esta primera experiencia, pero se podrán utilizar otras fincas, tanto del municipio, para las que habría que hacer un trabajo de mediación para una cesión o una renta, como de Mala o de Guatiza.

En cuanto a la del pescado, consideran que el pescado de descarte o especies de las que hay excedente pueden ser una oportunidad de negocio: lisotes, paté de pejines, erizo diadema, hamburguesas de pescado, ahumados, caballa, chicharro... son algunas de las opciones. “Se trata de buscar el valor añadido de lo que ya se consume”, dicen.

La tercera línea está más abierta y se orienta al sector servicios: tanto domésticos como para empresas, de cuidados, limpieza, etcétera. “El objetivo final es el desarrollo de un proyecto comunitario porque, si no, no tiene recorrido”, señala Rafa Torres.

El Ayuntamiento tutorializaría los proyectos durante uno o dos años. “Por qué es un buen momento ahora? -se pregunta-, porque para salir de esta hay que colaborar, las respuestas se están desmoronando y hay que cooperar entre todos”.

La formación de cooperativas en la Isla no ha sido exitosa en los últimos años. Saavedra apunta que “en realidad nunca se han querido hacer cooperativas, sino que era el negociete de alguien, no eran experiencias cooperativas”.

Todos coinciden en que la cooperativa no es más que una herramienta y lo que hace falta es contar con proyectos potentes. Rocío Torres, también técnico del departamento, señala que “hay que ir en paralelo con proyectos de desarrollo comunitario” y trabajar en equipo y entre departamentos, formado, reeducando y apoyando.

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