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Así trabaja la Salvamar: una rutina de salvar vidas

En las islas orientales operan los barcos Al Nair y Nizar, que son los encargados de rescatar a los ocupantes de las pateras que llegan a aguas isleñas, aunque sus funciones van mucho más allá

Embarcación de Salvamar que realiza actualmente las labores de rescate en Lanzarote y Fuerteventura. Foto: Carlos de Saá.
Saúl García 0 COMENTARIOS 24/11/2020 - 06:54

El pasado 19 de octubre, la Salvamar Al Nair, que opera desde Puerto Naos, encalló en la barra de Juan Rejón, después de trasladar al muelle comercial a las 40 personas que venían en patera hacia la Isla. Todos llegaron sanos y salvos, pero después la embarcación encalló. No tuvo una gran avería, pero tuvo que pasar por el varadero. Evidentemente, fue noticia. “Ocurrió. A veces ocurren esas cosas”, dice el jefe del Centro de Coordinación de Salvamento Marítimo en Las Palmas, Roberto Basterreche.

El servicio de la Salvamar también fue noticia por la reciente denuncia del sindicato CGT acerca de la sobrecarga de horas y trabajo de sus profesionales en Canarias, por “los continuos rescates en la creciente llegada de pateras”. La CGT advierte al Gobierno central y a la dirección de Salvamento Marítimo de que “sin descansos y sin refuerzos las consecuencias serán irreversibles” por el “ritmo frenético de trabajo” que soportan los tripulantes, “que se juegan literalmente la vida cada vez que una emergencia moviliza alguna unidad en Canarias”. Y así es: los tripulantes salvan vidas a diario y, a pesar de eso, su labor es casi desconocida.

La Sociedad de Salvamento y Seguridad Marítima (Sasemar) es un ente público que pertenece a la Dirección General de Marina Mercante, dentro del Ministerio de Fomento. La primera embarcación que hubo en Lanzarote, llamada como la Isla, llegó en 1993. Tenía 15 metros de eslora y cubría tanto Lanzarote como Fuerteventura, excepto el sur de la Maxorata que se cubría desde Gran Canaria.

A Fuertevenura llegó el primer barco en 1999, coincidiendo con la llegada de las primeras pateras. Los nombres de islas para los barcos dieron paso a los nombres de estrellas y hoy las islas orientales están cubiertas con la Salvamar Al Nair y la Salvamar Nizar, con base en Gran Tarajal y de 21 metros de eslora ambas. El servicio tiene una base en cada isla, en Gran Canaria tiene dos y en Tenerife, tres. Son 10 embarcaciones, un avión y dos helicópteros.

En cada embarcación hay tres personas por turno: un patrón, un mecánico y un marinero, en turnos de siete días. Trabajan siete y descansan siete. La CGT demanda desde hace años una tercera tripulación para cada barco para garantizar los descansos. Ahora, con la pandemia, están obligados, además, a llevar equipos de protección especiales frente la COVID. No ha habido, hasta ahora, ningún contagio.

Basterreche dice que en todos nunca han tenido constancia de barcos nodriza

En los últimos meses, como en otras ocasiones, su función principal es el rescate de las personas que llegan en patera, pero sus funciones habituales son muchas más. Las explica Basterreche: “Damos asistencia a embarcaciones de recreo, remolcamos, hacemos rescate de personas en el agua, búsquedas, lucha contra la contaminación, tendido de barreras contra manchas y reporte o limpieza, si se puede hacer”.

En Canarias, las embarcaciones cubren una zona muy amplia, de más de un millón de kilómetros cuadrados. Es una zona que “no tiene nada que ver” con las aguas jurisdiccionales: da igual que sean nacionales o internacionales. “Una cosa es la cuestión jurídica y otra el rescate”, apunta Basterreche. La zona llega casi hasta la costa de Marruecos y del Sáhara occidental. Salvamento tiene convenios de colaboración con todos los que operan también en el Atlántico: Cruz Roja, Ejército, Guardia Civil y también con el sistema de salvamento de Marruecos.

Las pateras

Con la llegada de pateras el volumen de trabajo es mucho mayor. A la Salvamar, en ocasiones la activa el 112 y otras veces recibe una llamada directa cuando sale la patera, bien de los familiares o de algunas ONG a las que llaman los propios familiares de los inmigrantes. “Otras veces, si tienen cobertura, llaman ellos mismos a las ONG o a emergencias”. En otras ocasiones, las detecta el SIVE o se localizan por avión.

“Cuando termina el trabajo y se han salvado vidas, ha sido una jornada reconfortante”

El momento del rescate es un momento crítico, el más delicado, porque la patera puede volcar si sus integrantes se ponen de pie y se mueven. Si es de noche en alta mar, una caída al agua puede significar una muerte segura. Los patrones les dan instrucciones en francés o por gestos y las personas van pasando de una en una de forma ordenada. Este año no ha habido ningún percance de este tipo. Después, se traslada a los inmigrantes al puerto base o al más cercano, o bien, si no supone un desvío, adonde se haya previsto el dispositivo en tierra, como ha ocurrido en los últimos meses en Arrecife en el muelle comercial.

Algunas pateras llegan sin ser detectadas y hay quien especula con que existen barcos nodriza que acercan a las pateras, sin que se haya podido demostrar nunca. Basterreche dice que en todos estos años, ellos nunca han tenido constancia de esto e, incluso, que muchas de las embarcaciones las detectan cuando están muy lejos, a 100 o 200 millas, o menos y las ven cómo van navegando. “Ya vamos viendo por dónde vienen y vienen navegando”, apunta.

El trabajo es estresante. “Claro que afecta a la tripulación porque se trata de vidas que están en juego o, en algunos casos, de embarcaciones que llegan con fallecidos o en muy malas condiciones”, señala el coordinador.

Recientemente, la tripulación de Al Nair ayudó a cortar el cordón umbilical de una mujer que había dado a luz en plena travesía. El bebé falleció: “Son momentos difíciles y, aunque la tripulación tenga experiencia, es duro”. Lo peor es cuando se pierden vidas, es lo más dramático. Por contra, que es lo más habitual, “lo más satisfactorio es cuando se ha salvado a la gente, cuando se termina el trabajo con la sensación de que se han salvado muchas vidas, eso es una jornada reconfortante, claro”.

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