SOCIEDAD

Personas maravillosas de Fuerteventura, un ejército virtual para combatir el hambre

Vanesa García ha creado un grupo solidario a través de Facebook con casi 2.000 miembros. Surgió en mayo, en pleno estado de alarma. Desde entonces, ha ayudado a 26 familias a dar de comer a sus hijos

Vanesa García, promotora de Personas Maravillosas de Fuerteventura. Foto: Carlos de Saá
Eloy Vera 0 COMENTARIOS 13/10/2020 - 07:27

Es domingo por la mañana, el día de descanso de Vanesa García. Trabaja en los hoteles y la jornada libre la aprovecha para limpiar la casa, poner la lavadora y disfrutar de sus dos hijos. También dedicará unas horas a las redes sociales. No entrará en Facebook para cotillear las andanzas de sus amigos virtuales ni en busca de algún video o noticia curiosa que le alegre el día, sino para ver si ha recibido algún mensaje solicitando ayuda o algún donativo.

Vanesa es la administradora de Personas Maravillosas de Fuerteventura, una red solidaria a través de Facebook con 1.988 miembros que, en apenas cinco meses, ha evitado que 26 familias se acuesten con el estómago vacío.

En pleno estado de alarma, a mediados de mayo, Vanesa recibió una llamada telefónica de un amigo, Arrimando el hombro se llama en las redes sociales, preguntándole si se habían puesto en contacto con ella familias pidiendo ayuda durante la pandemia.

El telefonazo no era inusual. La mujer había estado hace algún tiempo en un grupo solidario a través de Facebook, una iniciativa que ayudó a que decenas de madres pudieran dar de comer a sus hijos. “Tras esa llamada, sentí la necesidad de volver a ayudar, sobre todo a los niños”, explica.

Con el gusanillo de la solidaridad en el cuerpo, corrió al ordenador y creó la página Personas Maravillosas de Fuerteventura, en Facebook. Tres días después, llegó la primera llamada de urgencia, una madre con dos hijos que no tenía qué darles de comer ese día.

Vanesa insiste en que el objetivo de este grupo es ayudar a los padres que han sido “tocados” por la pandemia: “Nuestra intención es que no le falte a ningún niño un plato de comida en unos momentos en los que las ayudas no llegan a muchas familias”.

La administradora de la página explica el funcionamiento de esta red solidaria virtual, que se acerca ya a los 2.000 miembros: “Las personas me solicitan ayuda, bien por Facebook o a través de mi teléfono. Luego, yo les pido los documentos que acreditan que lo están pasando mal, los reviso y, si los ingresos no pasan de 800 euros, traslado la petición de ayuda al grupo Personas Maravillosas de Fuerteventura”.

A partir de ahí, se pone en marcha el motor de la solidaridad. Los miembros del grupo ven la petición y, quienes quieren y pueden, comunican a Vanesa sus donativos. Unas veces, a través de dinero que ella utiliza para hacer una compra; otras, con alimentos o, incluso, ropa para niños, pañales, cochitos de bebé... Al mes, reciben unos 400 euros de donativos y unos 50 kilos de comida a la semana.

El grupo ha asistido a 26 familias, 11 de ellas siguen recibiendo ayuda. “Se dona dinero o comida que me traen a casa. Con el dinero hago una compra y las familias vienen a buscarlas”, explica la responsable del grupo.

En la red solidaria hay personas con trabajos fijos, otras son víctimas de Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) o del paro. Aun así, rascan un poco el bolsillo para ayudar.

Cuando abre la puerta de su vivienda, lo primero que escucha a las familias que vienen en busca de ayuda es “gracias”. Luego, llegan las historias. Le cuentan los motivos por los que han acabado así, las penurias que están pasando y el temor a no tener que dar de comer esa noche a sus hijos.

“Es muy complicado que una madre no pueda comprar un bote de leche para su hijo, que se levante sin dinero y pensando, si se pone malo, cómo llevarlo al médico o cómo comprar una botella de agua para que pueda llevarla a la escuela”, dice Vanesa con preocupación.

La mujer cuenta que, a veces, llegan a su casa personas en busca de ayuda que ni siquiera tienen dinero para poder comprar la mascarilla que exige Sanidad para frenar el contagio por la COVID-19: “Es horrible. Hemos hecho mascarillas de tela y las hemos estado repartiendo. Otra persona ha estado donando mascarillas quirúrgicas. Gracias a ellas hemos podido estar ayudando. Ahora estamos sin mascarillas, esperando a que alguien pueda hacer una donación”.

También han compartido con los padres la preocupación que supone un inicio de curso sin dinero en la cartera para comprar el material escolar. Algunas no han tenido la ayuda porque se les ha pasado el plazo para pedirla, otras porque no tienen ordenador o conexión a Internet para poder presentar la solicitud. A veces, es Vanesa la que se encarga en sus ratos libres  de rellenarles los documentos.

El grupo también ha ayudado a seis familias a comprar el material escolar este año. “Hemos jugado un papel importante durante la pandemia. Hemos ayudado muchísimo, aunque se necesita más ayuda. Me gustaría poder hacer una compra al mes a todas las familias que nos lo piden, pero la verdad es que no podemos”, lamenta.

Mucha hambre

“En Fuerteventura hay demasiada gente que está pasando hambre”, suelta la joven en medio de la conversación. Si hubiera que rebuscar entre los motivos, el primero que aparece es la pandemia, una situación que ha terminado de desbordar los Servicios Sociales municipales. “Dan citas para dentro de dos y tres meses, pero nadie puede esperar tanto para comer”, lamenta la joven.

Vanesa pone el foco en la falta de personal: “Conozco a trabajadoras sociales que son maravillosas, que se esfuerzan e, incluso, que se llevan el trabajo a casa. Creo que deberían ayudarles reforzando la plantilla porque son quienes conocen los casos”. La joven lleva meses poniendo rostro a la pobreza. “Con el coronavirus, nos estamos encontrando con familias que estaban bien antes de la llegada de la pandemia, tenían un trabajo que les ha permitido ir pagando sus cosas y que, de un momento para otro, han caído en picado”, comenta.

Todos los casos le afectan, aunque el que más le ha llamado la atención ha sido el de un profesor de la Isla que, después de llevar todo la vida trabajando, acabó durmiendo en su coche.

Vanesa asegura que “ha sido una persona que ha vivido bien, con títulos académicos, trabajando en varios centros de la Isla, pero un día se vio sin nada y el casero acabó echándolo a la calle. Ha pedido ayuda para el alquiler, pero no se la han prestado. Nosotros solo pudimos ayudarle con alimentos”.

Durante todo este tiempo, la creadora de la red solidaria virtual asegura que no ha recibido la llamada de ninguna institución, ni para felicitar al grupo por la labor que está haciendo ni para interesarse por los casos. Sí hay gente de las administraciones que, de manera anónima, ha colaborado.

Fuerteventura presume con carteles y anuncios de ser Isla amiga de la infancia. Sin embargo, Vanesa echa en falta una mayor protección a la infancia más necesitada de la Isla. A su juicio, “se están olvidando de los niños. Creo que se deben agilizar los trámites porque un niño no puede esperar dos o tres meses para comer, tampoco un adulto”.

El objetivo final de Personas Maravillosas de Fuerteventura es poder llegar a todas las familias que lo necesitan y ayudarlas hasta que puedan regresar a la normalidad. Ese día Vanesa y el resto del grupo cerrarán la página. Mientras tanto, seguirán llamando, a través de la puerta de Facebook, a la solidaridad de los majoreros.

Añadir nuevo comentario