Manuel Marrero, portavoz del Grupo Parlamentario Sí Podemos Canarias, considera que “hay que abordar de inmediato medidas dentro del sistema educativo para abordar el problema del abandono escolar”.

Marrero propondrá el próximo miércoles a la consejera de Educación una serie de “medidas incentivadoras” destinadas a “facilitar el acceso a las titulaciones a través de programas de segunda oportunidad” o realizando adaptaciones curriculares.

Asimismo, propondrá a la titular de Educación “medidas de tipo laboral, relacionando el regreso a los estudios con algunos niveles de inserción laboral en prácticas”, e incluso medidas de tipo económico, “con ayudas para los materiales escolares, el transporte o las prácticas”.

“El sistema educativo es poco flexible y hace poco atractivo el regreso a los que lo han abandonado prematuramente, por lo que, en la línea de caminar por la senda que marca la Ley Canaria de Educación al respecto, se hace necesario establecer algunos itinerarios específicos más flexibles, adaptaciones curriculares y enseñanzas ligadas a la práctica laboral para este tipo de alumnado, para que su vuelta a retomar los estudios, aparte de una necesidad, se convierta en algo atractivo”, asegura Marrero.

Para Marrero, “en muchos de los casos se hace imprescindible subir la autoestima, que las personas se sientan valoradas y necesarias socialmente”.

El portavoz parlamentario recuerda que en 2016 y 2017 Canarias estaba por debajo de la media estatal en abandono escolar temprano, pero en 2018 y 2019 se ha vuelto a disparar la tasa, situándose, según la EPA del cuarto trimestre de 2019, en un 20.8%, “tres puntos y medio más que la media estatal”.

Problema poliédrico

Según Marrero, el problema que se plantea actualmente, con ese alto porcentaje que ha venido abandonando los estudios sin acabarlos durante estos últimos años, es que todos ellos “tienen muchas dificultades para conseguir un empleo, continúan sin recualificarse y siguen incrementando la cifra de fracasados sociales, que no estudian, tampoco pueden o quieren trabajar, y tienen escasas expectativas sociales, convirtiéndose en un problema para ellos mismos, para muchas familias y para la sociedad en su conjunto”.

“Hay que acabar con el circulo vicioso del absentismo, que suele dar paso a la frustración y al abandono escolar. De un asunto socioeducativo pasamos a un grave problema social, donde a la falta de preparación académica, se le unen las escasas opciones de inserción en el mundo laboral, las pocas expectativas de recualificarse y todo ello conduce a una generación con escasas expectativas vitales”, insiste.

Así, incide en que el sistema productivo canario, basado en el turismo y los servicios y en la construcción, “ha planteado en general pocas exigencias de cualificación, lo que ha facilitado el trasvase desde los centros escolares hasta el andamio o el trabajo en la hostelería”.

“Por tanto, ahí tenemos otra variable, la de construir un sistema productivo más diversificado, que a su vez exija una mayor especialización y cualificación”, concluye.