Román de León Peña

50 aniversario del Colegio Sagrado Corazón de Fuerteventura

Transcurría el año 1989 cuando, por entonces, yo era estudiante de Magisterio. En ese momento, la directora del Colegio Sagrado Corazón se puso en contacto conmigo porque había surgido una plaza vacante. ¡Qué privilegiado me consideraba! Tanto fue así que en 1990 entré a formar parte de dicho centro educativo. Al principio me costó mucho adaptarme a esa nueva realidad porque me asignaron un nivel de primero de Primaria, por lo que tenía que trabajar el tema de la lecto-escritura, el cual desconocía totalmente. Sin embargo, a medida que pasaba el tiempo, conté con la inestimable ayuda de mi compañera de nivel, con el refuerzo de diversos cursos y con mi propia experiencia. Así, la enseñanza se fue consolidando día tras día. Tal fue así que no quise optar por otros niveles. Sentía una gran satisfacción al entrar a mi aula con mis canciones, cuentos, adivinanzas, mi guitarra, la cultura canaria, etc., que no me han dejado despegarme de aquellos “pequeñajos”. En el año 2013 abandoné el colegio por una enfermedad.

Del 7 al 11 de noviembre pasados se celebró el 50 aniversario de nuestro colegio. Entre la programación alusiva a tal efeméride se desarrollaron unas interesantes jornadas de puertas abiertas, un encuentro radiofónico para repasar ese medio siglo de historia, un gran musical por parte de los alumnos hacia sus padres en el Auditorio Insular, en el que se realizó un repaso muy significativo de cada una de las décadas del recorrido histórico de la educación de nuestra isla. Igualmente, en esos días de homenaje a nuestro centro pudimos identificarnos con los testimonios de la gran familia del Sagrado Corazón, así como con los distintos encuentros y celebraciones que sucedieron en esas emotivas jornadas. Como colofón, el sábado 11 de noviembre, tuvo lugar una eucaristía y seguidamente un almuerzo para todos los que forman o han formado parte de la Comunidad Educativa.

Desde la tribuna que me brinda este periódico querría agradecer a todo el magnífico equipo que ha formado parte de mi vida en estos años en que he estado activo, empezando por sus directoras y equipo, compañeras de nivel, ciclo y etapa, conjunto de profesores, compañeros, limpiadoras, jardineros, etc., siguiendo por los padres y madres, con los que formamos un tándem perfecto, finalizando por el alumnado, pieza vertebral de todo centro educativo.

Para concluir, quisiera recordar, cómo no, a aquellas personas que ya no están entre nosotros, pero que dejaron una huella profunda estampada en las paredes del centro. Mención especial merecen también los maestros que trabajaron durante una temporada y que en su día optaron por otros caminos, pero que también pusieron su granito de arena en este 50 aniversario del Sagrado Corazón, 50 aniversario del colegio de ‘Las Monjas’, 50 aniversario de un trocito material y humanitario de Fuerteventura. Felicidades.

* Ex maestro del Colegio Sagrado Corazón

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