ENTREVISTA

“El bono turístico es ineficiente desde el punto de vista del gasto público”

Juan Luis Jiménez, profesor de Economía Aplicada de la ULPGC

Gregorio Cabrera 0 COMENTARIOS 12/07/2021 - 06:51

Puede que un poema de Gloria Fuertes sea una de las últimas cosas que alguien esperaría encontrar en las paredes del despacho de un profesor de Economía Aplicada. “Lo primero, la bondad; lo segundo, el talento. Y aquí termina el cuento”, reza. “A veces uno se encuentra actitudes soberbias en los alumnos y hay que frenarles”, explica Juan Luis Jiménez, que cuenta con quince años de experiencia en las aulas de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

Este especialista en economía aplicada ha abordado el fenómeno de la corrupción, entre otros, y destaca por ser una activa voz crítica contra la ineficiencia en la gestión del gasto público. “El dinero público necesita ser utilizado de la manera más eficiente posible. Ahí es donde radica todo lo que nosotros hacemos. Trabajamos la economía aplicada en temas de economía pública: los aspectos institucionales de la competencia en diferentes mercados, la corrupción... Si no lo hacemos nosotros, ¿quién lo hace? La Universidad está para la crítica y la autocrítica”, sostiene.

A Jiménez no le gusta el fútbol, pero admira a Valerón, futbolista que comparte espacio junto a Gloria Fuertes con la fotocopia de un artículo periodístico titulado Lo bueno de ser bueno. El deportista, de hecho, participó en una de sus clases antes de la pandemia. Antes de comenzar la entrevista, el profesor solicita un minuto para hacer unos ajustes en un artículo sobre los efectos de la subida de la bonificación al descuento para residentes en las conexiones aéreas.

-Comienzo por otra frase que también sé que le gusta del economista francés Jean Tirole. Decía que “la economía no está ni al servicio de la propiedad privada, ni al de los que querrían utilizar al Estado para imponer sus valores. La economía está al servicio del bien común y su objetivo es lograr un mundo mejor”. Sin embargo, para una parte de la opinión pública la economía no queda asociada a tan altos valores. ¿A qué se debe?

-Es que resulta tan difícil resumir el comportamiento humano... La economía analiza, entre otras cosas, este comportamiento para poner en práctica una serie de instrumentos, por ejemplo, desde las políticas públicas, para que los individuos hagan o no hagan algo. La economía intenta influir sobre las decisiones de los individuos en busca del bien común. ¿Se equivoca la economía en ocasiones? Sí, igual que cualquier ciencia. Lo bueno es que en este caso se evalúa para hacer correcciones. En cambio, en la política ni se evalúa ni se corrige. El método científico es lo que diferencia lo malo de lo menos malo. Además, el comportamiento de los individuos puede ser muy diferente en función de si la política le viene bien o mal. Por eso el científico tiene que ser lo más aséptico posible.

“El sector público interviene en la economía para algo que ya iba a suceder, así que no debería intervenir”

-Hablando de políticas públicas concretas, usted se ha mostrado crítico con el modelo de bono turístico de Canarias o Andalucía. ¿Por qué?

-Porque es ineficiente desde el punto de vista del gasto público. Primero porque estamos en una crisis muy diferente de la anterior. Quienes han logrado mantener su puesto de trabajo han ahorrado. Esa tasa de ahorro probablemente va a derivar en mayor consumo y una parte importante irá al gasto en viajes. El sector público debe intervenir en la economía cuando algo falla. La pregunta es qué es lo que falla para que los individuos viajen. Desde mi modesto punto de vista, lo que falla es que hay más miedo a viajar. Lo único que hace que podamos viajar es reducir ese miedo. Así que vamos a dar dinero público a unos individuos que no tienen problemas de renta y que ya habían decidido viajar, o no. Y además esto se ha hecho sin tener en cuenta la renta. Por tanto, el sector público interviene en la economía para algo que ya iba a suceder, así que no debería intervenir. Mi conclusión es que los bonos turísticos no deberían existir, y si existen deberían ser en función de la renta para incentivar a aquellos que no pueden viajar.

-Tampoco le gusta el modelo de ayudas a autónomos y empresas...

-El sector público debe intervenir cuando hay un fallo en el mercado. ¿A quién debe ayudar el Estado? ¿A todos? ¿A los que realmente lo pasan mal? ¿O a los que realmente lo están pasando mal ahora, pero antes iban bien? ¿O a las que iban mal de antes? Estas últimas son las empresas zombis. Por ejemplo, la aerolínea Plus Ultra, que incumple todos los criterios para recibir una ayuda. Partiendo de esta base, el criterio debería ser ayudar a aquel que lo necesite y que pueda subsistir. Si el criterio que se establece, además, es el primero que llega, lo más probable es que tampoco lo consiga el que más lo necesite, porque lo más probable es que el primero en llegar sea aquel que tiene más información porque él o sus asesores están conectados con la Administración.

“El sector público debe intervenir cuando hay un fallo en el mercado. ¿A quién debe ayudar el Estado? ¿A todos?”

-Antes de la crisis de la COVID Canarias encadenó un récord turístico tras otro mientras el nivel de pobreza y desigualdad social se acrecentaba y se consolidaba como el mayor de España. Ya teníamos un gran problema estructural, ¿no?

-No soy especialista, pero como espectador con algo de información, destacaría que normalmente los niveles de formación asociados a la hostelería son más bajos que en otros, y por lo tanto los ingresos también. Hay que saber cuál es el reparto de los beneficios del sector turístico en Canarias. Eso, hasta lo que yo sé, no existe. Además, hay nuevos operadores, como Airbnb y otros, que suponen una manera de democratizar el turismo y generar competencia en el mercado de servicios de alojamiento. El papel que juegan puede ser muy positivo para regiones como Canarias para generar competencia ante los hoteles y diseminar parte de los beneficios entre la población.

-¿Desde qué perspectivas han abordado la corrupción política?

-Ha pasado una década desde nuestro primer artículo sobre la corrupción política local. Lo primero que queríamos saber es cómo reaccionábamos con el voto ante el descubrimiento de un caso de corrupción en nuestro municipio. Los resultados fueron muy poco esperanzadores. De hecho, el castigo electoral es muy pequeño, en torno a dos puntos porcentuales en el caso de un gobierno del PSOE, pero si era del PP no solo no caía, sino que aumentaba. Estos artículos los hice con mi colega Carmen García Galindo. Ahora mismo hay un doctorando, José Abreu Alemán, que está en la fase final de su investigación. Contaré una anécdota. Nosotros teníamos una base de datos de casos de corrupción en toda España hasta 2011 y hasta ahí evaluamos. Llegamos a 300 casos cuando se hablaba de 60 o 70. Este chico quiso ampliar la tesis, llevarla hasta 2019 y buscar los casos uno por uno. ¿Sabes lo que tuvo que hacer? Pedir una prórroga de su tesis doctoral.

“Lo peor es que el dinero no sirva para resolver los problemas de este país, y el primero de ellos es el desempleo juvenil”

-La Unión Europea ha señalado que mirará con lupa el uso de los fondos europeos de reconstrucción en España. ¿Cree que pueden repetirse desmanes de otras épocas, cuando también hubo cascadas de fondos europeos que se fueron por el sumidero de las malas prácticas?

-Estoy midiendo mis palabras… El dinero irá a acciones que no son eficientes. Lo peor es que el dinero no sirva para resolver los problemas de este país, y el primero de ellos es el desempleo juvenil. ¿Cómo reformarlo? Hay una corriente amplia de modificaciones del mercado laboral que impiden la entrada de los jóvenes y la precariedad y los contratos temporales que impiden que nadie pueda hacer planes de futuro. Hace veinte años yo me pude plantear planes de futuro cuando tenía veinticinco. Hoy en día resulta mucho más difícil.

-Su discurso suele desembocar en la ineficiencia del sector público.

-Es que ese es el gran problema. A veces se deriva el debate hacia los impuestos, cuando el gran reto es, en realidad, utilizar bien el dinero público. El dinero de todos debe ser velado y utilizado de la mejor manera posible. No hay medida que sea perfecta. Nada es gratis. Cuando unos ganan otros pierden. Lo que deberíamos hacer en economía es hacer que los que ganen sean más de los que pierden y establecer los mecanismos para cederles a los que pierden. Se llama impuestos y subvenciones. Pero cuando uno establece medidas como dar las subvenciones al primero que llega o dar dinero a los ricos que ya iban a viajar para simplemente hacerles más barata la estancia le da alas a los que quieren pagar menos impuestos. Porque uno se puede equivocar al establecer la política económica, la que sea, pero, si no la corriges y encima la repites, ya no es equivocación; es hacer mal tu trabajo y no hacer crítica.

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