DESTACAMOS

El Cabildo de Lanzarote paga 2,1 millones por 7.300 metros junto al molino de Cabo Pedro

El objetivo es destinar la pieza de suelo a bulevar peatonal

La parcela adquirida por el Cabildo en Arrecife en la actualidad se utiliza como aparcamiento, a pesar de no ser su uso.
M. Riveiro 0 COMENTARIOS 12/11/2019 - 07:25

El ahora desvencijado molino de Cabo Pedro, enclavado en el barrio de La Vega, empezó a construirse en 1799. Su primer propietario fue Luis de Armas y, más tarde, pasó a manos de José Barón. Su rehabilitación es una de las asignaturas pendientes en la conversación del patrimonio histórico insular. No obstante, su salvación parece cercana.

El Cabildo ha comprado los más de 7.000 metros cuadrados del solar contiguo, que hoy en día se utiliza como aparcamiento, por más de 2,1 millones de euros, y prepara rematar la adquisición del molino y de los terrenos que lo rodean por 304.000 euros más.

El objetivo es que esa importante pieza de suelo, encajada en el centro de la ciudad, se reconvierta en un bulevar peatonal dentro del proyecto ‘Caminos del agua’, que impulsa la Reserva de Biosfera.

El Cabildo abrió a finales del pasado mandato el procedimiento para comprar, a través de dos lotes, la mayoría de los terrenos, que eran propiedad de los hermanos Herrera Cabrera por un lado, y el molino, que cuenta con 12 dueños, por otro.

El nuevo grupo de gobierno, con Dolores Corujo a la cabeza, retomó la tramitación. Aunque no había trascendido, el pasado 22 de agosto se materializó en una notaría de Arrecife la adquisición de la finca principal, de 7.343 metros cuadrados, por parte del Cabildo. Al día siguiente, la Corporación insular abonó a través de Bankia el importe de la venta: 2,1 millones de euros.

En principio, el Cabildo dispone de fondos del Gobierno de Canarias, a través del programa ‘Arrecife, capital de la Biosfera’, dotado con tres millones de euros y que tiene entre sus fines la “adquisición de solares para su conversión en zonas verdes”.

Esa es la finalidad del proyecto ‘Caminos del agua’, diseñado por el arquitecto Juan Palop, que ha acuñado el término “biourbanismo”.

De hecho, en el expediente de compra del solar contiguo al molino de Cabo Pedro figura un informe de Palop en el que plantea la ejecución de cuatro bulevares peatonales que recorran de forma transversal Arrecife, conectando los barrios entre sí y, a su vez, con el frente marítimo.

“Estos caminos tienen además la función de complementar la infraestructura hidráulica de pluviales de la ciudad, incorporando sistemas de drenaje sostenible y rehabilitando algunos de los aljibes existentes”, señala el arquitecto.

Según Palop, el trazado de cada bulevar se complementa con equipamientos y espacios libres y, para ello, se han localizado suelos públicos a los que se suman otros suelos de propiedad privada considerados “estratégicos”. Una de esas piezas clave es el entorno del molino de Cabo Pedro.

El solar ya era parque

Los terrenos que rodean al también conocido como molino de La Reseca ya tenían, en realidad finalidad pública, desde antes de que los adquiriese el Cabildo hace algo más de dos meses.

En el Plan General de Arrecife, que está en vigor desde agosto de 2004, se clasifica el suelo como urbano, pero se dibuja un sistema general público de espacios libres, para ser destinado a parque y esparcimiento y actividades lúdicas de los ciudadanos.

El método para obtener los más de 8.000 metros cuadrados que en total tiene la pieza de suelo era compensar a los propietarios con terrenos en el sector de Capellanía, la zona de expansión del barrio de San Francisco Javier hacia la zona del Cabildo y donde estaba previsto inicialmente que se ubicase el campus universitario.

Sin embargo, 15 años después, el sector de Capellanía no se ha desarrollado y el Cabildo ha optado por pagar por el suelo del molino.

Vestigio de otra época

De los siete molinos que llegó a haber en Arrecife, en la actualidad solo quedan dos, “como testigos de un modelo de existencia ya superado”, señala el departamento de Patrimonio Histórico en un informe en el que considera “prioritario” recuperar el molino de Cabo Pedro como “parte fundamental de la arquitectura popular”.

El informe lamenta que el molino, que se encuentra protegido en el catálogo de Arrecife, “está en muy mal estado de conservación”. Ha perdido la cubierta ejecutada a partir del armazón de madera, el mecanismo de molienda y las carpinterías, y también han desaparecido las aspas.

Añadir nuevo comentario