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La Palma, a la espera del Ave Fénix

“Somos islas volcánicas y esto es lo que nos toca vivir”, recalca el sismólogo del IGN Itahiza Domínguez

Gregorio Cabrera 0 COMENTARIOS 04/10/2021 - 14:43

El sismólogo del Instituto Geográfico Nacional (IGN) Itahiza Domínguez ya debe tener acompasado el latido de su corazón con el tremor del volcán de La Palma. Es uno de los técnicos que toma a diario el pulso de la erupción. Y de aquello que la rodea. En su perfil de Twitter ha dado respuesta a bulos de mayor o menor intensidad, así como a informaciones sensacionalistas, desde las alusiones al mega tsunami a las que vinculan al proceso eruptivo grietas en las carreteras que en realidad llevaban ahí meses o años.

La actividad es incesante en el centro de operaciones del IGN en Tajuya, desde donde se puede apreciar claramente la columna de humo del cambiante volcán. Cada vez que se abre una nueva boca o que el cráter cede, como ha ocurrido recientemente, también se multiplica las llamadas de teléfono, la verificación de datos o las entradas y salidas hacia la zona de exclusión.

“Somos islas volcánicas y esto es lo que nos toca vivir”, explica con el casco enfundado, las gafas de protección frente a la lluvia de cenizas y la mascarilla, mientras un equipo de compañeros y compañeras le aguardan en el todoterreno con el motor en marcha.

Domínguez sostiene que, a pesar del grado de imprevisibilidad del fenómeno, en especial en lo que concierte a su duración, la erupción del volcán de La Palma sigue los patrones “típicos” de este tipo de procesos en Canarias. “El parón que vimos uno de los días ya lo hemos visto en la erupción submarina que monitorizamos en El Hierro”, en 2011. “Se sabe que hubo parones en otras erupciones históricas en el archipiélago y, por ejemplo, el volcán de Islandia paró durante una semana y luego siguió durante mucho tiempo”.

Alguien como él que ha visto volcanes por todo el planeta, señala que muchas sociedades y civilizaciones han prosperado en territorios originados o marcados por el volcán, algo que puede estar asociado a la fertilización de la tierra: “La fertilidad de Canarias es gracias a los volcanes, porque la ceniza aporta al medio minerales que las plantas agotan”.

Le viene a la cabeza la gran erupción de Lanzarote entre 1730 y 1736. “Un cuarto de la isla fue devastado y luego resurgió con un nuevo modelo”, cuando la palabra resiliencia ni tan siquiera existía. Por el momento, queda por saber el alcance de la devastación final en La Palma y de qué manera retomará aquí su vuelo el Ave Fénix.

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